Este verano aun no he pisado el mar pero quería enseñaros
fotos de hace 3 y 4 años que aunque son bastante mediocres pintan este blog
oscuro de tonos azulados.
La costa no me ha inspirado nunca demasiado. Será porque aún
no me he topado con una estampa tal como la de Caspar David Friedrich
en Thewanderer above the sea of fog. Me
faltan acantilados, niebla y ese grado de lo supremo que caracteriza sus
obras. Aún así, que no falten aguas cristalinas, nubes frondosas e islas
perdidas. Calma, reflexión y atardeceres. Rumor de olas e inmensidad de lo
profundo.
Esta entrada se la dedico por entero a mi madre, que siempre ha amado la playa y que siempre ha soñado con pasar allí el resto de sus días pintando nubes y contemplando atardeceres.