El tiempo. Ese tema tan manido no por ser tema sino
realidad ineludible.
El de los minutos incesantes.
El amigo y compañero constante que se hace enemigo cuando
más lo necesitas.
El que comienza, el que se fue y el que nos queda.
Impertérrito avanza abriendo caminos, nublando esperanzas,
cosechando lecciones, convirtiendo el todo en nada.
Dejando atrás nombres, caras y experiencias destinadas al
olvido.
Y aun con todo...
Es el mismo tiempo que detienes con tus labios, rayando lo
imposible le miras cuando me miras y enmudece . Cuando anochece y nuestros
cuerpos se juntan se estremece y piensa que ha perdido la batalla de este día y,
a su pesar, todos los que tu me prestes.